En cuanto a la protección climática en los puentes del casco antiguo de Sevilla, implica la construcción de unas marquesinas que evidentemente van a cambiar la fisonomía de estas obras, pero también la propia experiencia del usuario al cruzarlo. Cada uno de los puentes tiene sus peculiaridades estructurales, formales, sociales e históricas. Por ello, aunque aquí se dan unas ideas generales se considera, solo con el trabajo conjunto con la administración se puede llegar a un planteamiento riguroso de las soluciones, que evidentemente tiene que ser específico de cada puente.

En principio se han pensado dos grupos de soluciones globales. En un primer lugar se ha conside-rado la posibilidad de hacer una estructura desmontable que se instale anualmente en coincidencia con el periodo de más calor y soleamiento, tal y como se hace en algunas calles de Sevilla. Otro tipo de soluciones sería la construcción de un sistema de pérgolas permanentes, en general con una vegetación, que, además de dar sombra, cree un microclima similar al conseguido en la Expo-sición del 92. Cada una de estas soluciones tiene sus ventajas e inconvenientes, resultando en cualquier caso necesario un estudio profundo y una interacción importante con los técnicos de Pa-trimonio y con los de Gerencia de Urbanismo de Sevilla.
Otras ideas que se han esbozado, al hacer las propuestas que se presentan más adelante, es el tratar de aprovechar la instalación de los elementos de sombreado para modificar los espacios útiles de los puentes y dar más preponderancia al peatón y al ciclista. En las líneas siguientes se describen sintéticamente unas ideas iniciales para los puentes del presente lote.