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Puente Cuatro Vientos
Pamplona, España
Tipología Puentes Colgantes
Fecha Mayo, 2011
La propuesta ganadora del concurso del Nuevo Puente de Cuatro Vientos en Pamplona partió del análisis de los puentes existentes sobre el Arga en la ciudad, concluyéndose que existía aún margen para la innovación tipológica.

El carácter singular buscado como puerta y eslabón llevó a desechar soluciones de tramo recto o de arco de tablero superior, planteándose un abanico de soluciones con referencias sobre la calzada.

Se analizó al mismo tiempo cómo y dónde ubicar el símbolo de puerta, planteándose en un primer momento la posibilidad de que el mayor protagonismo le correspondiera a la nueva glorieta, aunque finalmente se consideró que la ubicación idónea debía estar en el meandro, alejada de los edificios que rodean la rotonda, que le restarían protagonismo y porque, simbólicamente el meandro de Trinitarios, apunta hacia la salida de la ciudad pero aún pertenece a ella, por lo que la puerta debía quedar del lado de la plataforma de Trinitarios, en la margen izquierda. Además, el efecto eslabón no debía dejar de lado al río ni al parque fluvial, con el que el puente debía quedar conectado por el tráfico peatonal.

De la terna de soluciones finalmente consideradas resultaron desechadas una solución arco pórtico que arrancaba de las inmediaciones de la glorieta y una solución similar a la propuesta pero con las palas en la glorieta y pilas en la zona del futuro parque fluvial.
Pro
La solución propuesta es un puente colgante autoanclado de 114,2 m de luz total. La solución colgante, elegida para una luz relativamente moderada, es innovadora en la ciudad de Pamplona, poco frecuente en nuestro país, y presenta una carga simbólica asociada al símbolo de Navarra, las cadenas.

Las palas se han planteado como dos grandes triángulos apuntados de 28,50 m de base que convergen deprisa hasta el encuentro de ambos, a 28 m de altura, igual que la altura de la nave principal de la Catedral de Pamplona. Esa coincidencia expresa que la propuesta mantiene la escala humana en la actuación, y una cierta visión gótica de la puerta.
Los planos inclinados rememoran también los paramentos de las puntas igualmente afiladas del baluarte de la Ciudadela de Pamplona con una buscada afinidad metafórica en cuanto a signo de identidad de la ciudad, y convergen para dar soporte a los cables principales.

Las palas albergan en su base el estribo-contrapeso de la margen izquierda, con su paramento sur inclinado coincidiendo con la pendiente de las palas. El contrapeso se ejecutará parcialmente con hormigón reciclado, tratando de compensar los residuos generados en la remodelación del puente de fábrica situado aguas arriba.
La propuesta ganadora del concurso del Nuevo Puente de Cuatro Vientos en Pamplona partió del análisis de los puentes existentes sobre el Arga en la ciudad, concluyéndose que existía aún margen para la innovación tipológica.

El carácter singular buscado como puerta y eslabón llevó a desechar soluciones de tramo recto o de arco de tablero superior, planteándose un abanico de soluciones con referencias sobre la calzada.

Se analizó al mismo tiempo cómo y dónde ubicar el símbolo de puerta, planteándose en un primer momento la posibilidad de que el mayor protagonismo le correspondiera a la nueva glorieta, aunque finalmente se consideró que la ubicación idónea debía estar en el meandro, alejada de los edificios que rodean la rotonda, que le restarían protagonismo y porque, simbólicamente el meandro de Trinitarios, apunta hacia la salida de la ciudad pero aún pertenece a ella, por lo que la puerta debía quedar del lado de la plataforma de Trinitarios, en la margen izquierda. Además, el efecto eslabón no debía dejar de lado al río ni al parque fluvial, con el que el puente debía quedar conectado por el tráfico peatonal.

De la terna de soluciones finalmente consideradas resultaron desechadas una solución arco pórtico que arrancaba de las inmediaciones de la glorieta y una solución similar a la propuesta pero con las palas en la glorieta y pilas en la zona del futuro parque fluvial.
La solución propuesta es un puente colgante autoanclado de 114,2 m de luz total. La solución colgante, elegida para una luz relativamente moderada, es innovadora en la ciudad de Pamplona, poco frecuente en nuestro país, y presenta una carga simbólica asociada al símbolo de Navarra, las cadenas.

Las palas se han planteado como dos grandes triángulos apuntados de 28,50 m de base que convergen deprisa hasta el encuentro de ambos, a 28 m de altura, igual que la altura de la nave principal de la Catedral de Pamplona. Esa coincidencia expresa que la propuesta mantiene la escala humana en la actuación, y una cierta visión gótica de la puerta.

Los planos inclinados rememoran también los paramentos de las puntas igualmente afiladas del baluarte de la Ciudadela de Pamplona con una buscada afinidad metafórica en cuanto a signo de identidad de la ciudad, y convergen para dar soporte a los cables principales.

Las palas albergan en su base el estribo-contrapeso de la margen izquierda, con su paramento sur inclinado coincidiendo con la pendiente de las palas. El contrapeso se ejecutará parcialmente con hormigón reciclado, tratando de compensar los residuos generados en la remodelación del puente de fábrica situado aguas arriba.
Puente Cuatro Vientos
Pamplona, España
Tipología Puentes Colgantes
Fecha Mayo, 2011
Alcance Proyecto de construcción
La propuesta ganadora del concurso del Nuevo Puente de Cuatro Vientos en Pamplona partió del análisis de los puentes existentes sobre el Arga en la ciudad, concluyéndose que existía aún margen para la innovación tipológica.

El carácter singular buscado como puerta y eslabón llevó a desechar soluciones de tramo recto o de arco de tablero superior, planteándose un abanico de soluciones con referencias sobre la calzada.

Se analizó al mismo tiempo cómo y dónde ubicar el símbolo de puerta, planteándose en un primer momento la posibilidad de que el mayor protagonismo le correspondiera a la nueva glorieta, aunque finalmente se consideró que la ubicación idónea debía estar en el meandro, alejada de los edificios que rodean la rotonda, que le restarían protagonismo y porque, simbólicamente el meandro de Trinitarios, apunta hacia la salida de la ciudad pero aún pertenece a ella, por lo que la puerta debía quedar del lado de la plataforma de Trinitarios, en la margen izquierda. Además, el efecto eslabón no debía dejar de lado al río ni al parque fluvial, con el que el puente debía quedar conectado por el tráfico peatonal.

De la terna de soluciones finalmente consideradas resultaron desechadas una solución arco pórtico que arrancaba de las inmediaciones de la glorieta y una solución similar a la propuesta pero con las palas en la glorieta y pilas en la zona del futuro parque fluvial.

La solución propuesta es un puente colgante autoanclado de 114,2 m de luz total. La solución colgante, elegida para una luz relativamente moderada, es innovadora en la ciudad de Pamplona, poco frecuente en nuestro país, y presenta una carga simbólica asociada al símbolo de Navarra, las cadenas.

Las palas se han planteado como dos grandes triángulos apuntados de 28,50 m de base que convergen deprisa hasta el encuentro de ambos, a 28 m de altura, igual que la altura de la nave principal de la Catedral de Pamplona. Esa coincidencia expresa que la propuesta mantiene la escala humana en la actuación, y una cierta visión gótica de la puerta.

Los planos inclinados rememoran también los paramentos de las puntas igualmente afiladas del baluarte de la Ciudadela de Pamplona con una buscada afinidad metafórica en cuanto a signo de identidad de la ciudad, y convergen para dar soporte a los cables principales.

Las palas albergan en su base el estribo-contrapeso de la margen izquierda, con su paramento sur inclinado coincidiendo con la pendiente de las palas. El contrapeso se ejecutará parcialmente con hormigón reciclado, tratando de compensar los residuos generados en la remodelación del puente de fábrica situado aguas arriba.
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